Las medidas adoptadas en octubre por las autoridades sanitarias para frenar la expansión de la pandemia conllevaron, de nuevo, el cierre temporal del Centro Social de Personas Mayores de Mazarrón. No obstante, su actividad ha sido continua desde entonces, centrándose la labor de la dirección y el personal a su cargo en el mantenimiento y mejora de las instalaciones. Las acciones llevadas a cabo han sido de lo más variadas: eliminación de humedades y pintura, limpieza y acondicionamiento de zonas anexas y pistas de petanca, pulido de suelos, instalación de taquillas, mejoras en la cafetería e iluminación.
Además, en lo que se refiere en la atención a usuarios, se ha iniciado un seguimiento psicosocial de todos los socios del centro con periocidad semanal y a cargo de dos psicólogas. También, con la finalidad de reducir la brecha digital, se ha adquirido una quincena de tabletas digitales y se ha instalado un monitor interactivo de 88 pulgadas en el salón de actos que contribuirán a un mayor aprovechamiento de las actividades realizadas en el centro. Igualmente, se ha implementado el servicio domiciliario para la Unidad de Alzheimer y Otras Demencias.
Otra de las adaptaciones que han hecho posible “la continuidad de nuestra actividad habitual, ha sido la adaptación de unos 16 talleres que llevan desarrollándose de forma telemática desde el inicio de la pandemia”, añade Bartolomé Madrid, director del Centro Social de Mayores Mazarrón. Madrid espera que, en algún momento, “los datos de la pandemia mejoren y la Comunidad Autónoma permita reactivar, al menos, los servicios de peluquería y cafetería; aunque ni las cifras de contagios y fallecidos, ni las instrucciones sanitarias parecen apuntar todavía en esa línea”, lamenta el director.