Según publica La Verdax, dos estudiosos de la historia de Mazarrón, Juan Martínez Acosta y Juan Sánchez Calventus, plantean en un escrito dirigido al Ayuntamiento y a la Consejería de Cultura que los restos de dos muros conservados en un solar de la calle de las Torres, en pleno casco antiguo y a unos pocos metros de la iglesia de San Andrés, podrían pertenecer a una casa señorial que esos nobles levantaron en aquella época y de la que no se tenía constancia.
Para llegar a esta conclusión, los firmantes del escrito se apoyan, con todas las cautelas, en cuatro evidencias, que exponen «para su consideración de cara al estudio en detalle» que solicitan a las administraciones competentes. Así, detallan las características constructivas de ambos muros, de mampostería y ladrillo, y de un metro de grosor, «en lo que podría ser el resto de una torre amurallada». Y remarcan que sus dimensiones y materiales se corresponderían con otras estructuras defensivas levantadas en el paso de la Edad Media a la Moderna.
Citan también pruebas documentales. La de mayor peso es una escritura de compra de parte de un edificio, fechada en el año 1809 y que se guarda en el Archivo General de la Región, en la que se hace mención expresa a que en ese emplazamiento de la calle de las Torres estuvo «el palacio de Sus Excelencias», los Villena, según refleja literalmente dicha acta notarial. El contenido de este documento, cuyo hallazgo fue fruto de la casualidad, supone la primera noticia que se tiene de esa ignota propiedad de los marqueses, «distinta a la que hasta ahora los estudios historiográficos habían venido señalando», esto es, la casa-fuerte del Molinete, demolida en los años 70 del siglo XX, que siempre se consideró la única residencia de esta saga nobiliaria en Mazarrón. Además, en su escrito aportan un plano del casco urbano del año 1772 –el más antiguo que se conserva– en el que, en la manzana en cuestión, «se percibe lo que parece un perímetro defensivo y sobresalen un par de espacios que podrían ser torres».
Toponimia clarificadora
Acosta y Calventus también relacionan los restos con la toponimia. El nombre de calle de las Torres podría ser un recuerdo de esa desconocida construcción defensiva, pero, además, el solar limita con la plaza Ramón y Cajal, que hasta el año 1922 se denominó plaza de Palacio. Los dos estudiosos ven ahí una antigua referencia a la existencia de la mansión señorial de aquel linaje.
Aunque los primeros sorprendidos han sido los propios descubridores, Acosta, que está a punto de concluir sus estudios de Historia en la Universidad de Murcia, matiza que el hallazgo «vendría a confirmar una suposición». «No tenía sentido –dice– esa distribución del espacio de poder de los Villena que ha llegado hasta nuestros días, con su iglesia en el corazón del casco urbano y su casa-fuerte tan alejada. Estos restos arqueológicos acreditarían que su templo y su residencia estaban cerca. Y que además disponían de un bastión a las afueras». Sería pues algo parecido a lo que casi a la vez hicieron los Fajardo, marqueses de los Vélez, que también levantaron en el centro de Mazarrón un castillo y una iglesia, la de San Antonio, ambas construcciones una al lado de la otra y que aún siguen en pie.
Pese a que el escrito se presentó el 14 de diciembre, de momento no se ha tomado medida alguna de protección de los restos. El concejal de Cultura, Ginés Campillo, explica que encargará un informe a la arqueóloga antes de decidir si ordena una excavación que permita arrojar luz sobre el hallazgo.
