La Semana Santa no es el recuerdo de un hecho histórico cualquiera, es la contemplación del amor de Dios que permite el sacrificio de su Hijo, el dolor de ver a Jesús crucificado, la esperanza de ver a Cristo que vuelve a la vida y el júbilo de su Resurrección.
La Resurrección del Señor nos abre las puertas a la vida eterna, su triunfo sobre la muerte es la victoria definitiva sobre el pecados. Este hecho hace del domingo de Resurrección la celebración más importante de todo el año litúrgico. Aún con la asistencia a las celebraciones podemos quedarnos en lo anecdótico, sin nada que nos motive a ser más congruentes con nuestra fe. Esta unidad de vida requiere la imitación, el buscar parecernos más a Él.
Para nosotros no existen cosas extraordinarias, todos los contratiempos que se nos presentan, servirán para identificarnos con el sufrimiento del Señor en la pasión, sin olvidar el perdón, la paciencia, la comprensión y la generosidad para con nuestros semejantes.
La muerte de Cristo nos invita a morir también, no físicamente, sino a luchar por alejar de nuestra alma el egoísmo, la soberbia, la avaricia... la muerte del pecado para estar debidamente dispuestos a la vida de la gracia.
¿Cuál ha sido tu mejor recuerdo de la Semana Santa en Mazarrón?
En primer lugar compartir el trabajo, la ilusión de aquellos que son miembros de las distintas cofradías, y entre ellos sus presidentes y juntas directivas. El trabajo del cabildo por intentar dotar de sentido la manifestación popular y piadosa de las procesiones y el esfuerzo dedicado todo un año por intentar engrandecer más esta semana grande para todos los cristianos.
El domingo de resurrección es el centro de toda esta semana y la alegría de la Pascua es la que he podido compartir a lo largo de los dos años como párroco en Mazarrón. He tocado y he vivido los frutos de esta semana en los días restantes del año.
¿Qué destacarías de nuestra Semana Santa?
El impulso que desde 1982 recobraron los desfiles pasionales mediante el tesón y la entrega de Ginés de la cruz, Tomás Zamora, Salvador Campillo, Juan Esparza y Antonio Subiela, a los que algunos de ellos los he conocido en persona, y destaco su fe que los movió a reactivar y reavivar una hermosa tradición y a día de hoy sigue manteniéndose viva .
Destaco la ilusión de los más jóvenes por incluir a los mismos en los tercios penitenciales. Cuando nacieron las Hermandades, uno de los fines que tenían era el de “sacar el Evangelio a la calle”. El de dar a conocer los misterios del Evangelio a una población de baja cultura religiosa, que desconocía la Palabra. Se trataba de dar formación cristiana, formación plástica, visual. De evangelizar a aquellos que no conocían la vida de Cristo. “Nadie enciende la lámpara y la pone en un rincón, ni bajo un celemín, sino sobre un candelero, para que todos tengan luz” (Lc 11,33). En la sociedad en la que vivimos, las Cofradías deben cobrar un papel muy importante y esto es importante cuidarlo a día de hoy en el seno de las cofradías.
Al llegar a Totana, en el primer cabildo en el mes de octubre, la primera pregunta que me hicieron fue la siguiente: ¿Francis te gusta la Semana Santa? Evidentemente la pregunta tenía una clara intención, era como preguntar: ¿te gustan la procesiones y lo que ello conlleva? Mi respuesta amplió la mirada, pues para mí, decir Semana Santa es abrir las puertas del corazón de Dios, un corazón sin cerrojos ni cerraduras; es llamar al corazón de todos los cristianos. Tal es así que Dios va pasando por nuestras vidas y llama para que alguien le abra y Él poder entrar en nuestros aposentos y sentarse a comer juntos, eso sí, Él lo hará como Señor y Dueño de todo, y nosotros como siervos inútiles, como discípulos, como amigos, como hijos suyos... y junto a ello poder entonces mostrarlo en medio de tantos otros que quizás no han tenido la experiencia de este encuentro y este amor. Eso es una procesión, Cristo en la calle, el evangelio representado en grupos escultóricos, en tallas de madera que elevan nuestro ser al único que es capaz de colmar todos nuestros anhelos y sanar nuestras heridas. Por lo tanto respondiendo con este doble movimiento les dije: no solo me gusta sino que es el centro de mi Fe. Espero y deseo que todos o muchos dejemos que Cristo que todo lo ilumina y trasciende con su sola Presencia, nos haga criaturas nuevas.
En tu trayectoria como sacerdote, ¿qué pregón de los que has asistido, te ha llenado más? ¿Recuerdas alguno con especial cariño?
Sin lugar a dudas me pareció magnifico el pregón de 2016 aquí en mazarrón, a cargo de Isabel Mariana Ballesta. A veces he escuchado pregones donde solo se pone de manifiesto el patrimonio artístico y las vivencias en base a los desfiles procesionales. Pero un pregón es mucho más que eso. En primer lugar es una confesión de fe. La fe y las obras tienen que ir de la mano y en este caso Isa supo conjugarlo a la perfección y a dar a conocer la hondura y seriedad de su vocación como cristiana pero también como esposa y madre.
¿Cómo debería evolucionar nuestra Semana Santa?
Es necesario que cada Hermandad y Cofradía en plena comunión con la Parroquia y con la Iglesia luche para que se le den a los actos de culto público, como son las procesiones, un carácter eminentemente religioso, frente al hecho cultural o turístico que se pretende imponer desde diversos ámbitos. No procesionamos tallas de madera, es la imagen de Cristo, de su madre, son las escenas de la pasión, es en definitiva el Evangelio vivo y viviente que se porta en cada paso y en cada uno de los costaleros, nazarenos y demás miembros de las cofradías.
Una Semana Santa llena de Cofrades sin profundidad, y con esto quiero decir algo así como si el motivo de toda su preocupación cofrade, fuera la procesión, los enseres y el trono de las imágenes, etc, sería una Semana Santa sin presente y sin futuro porque carecería de su principio y fundamento que es el amor de Dios.
A escasas horas para que llegue el Pregón, ¿tienes asumido tu papel?
Desvelo unas palabras del pregón que dan respuesta a la pregunta… Y el pregonero se siente confundido: ¿Acaso necesita la Semana Santa ser pregonada? ¿No es el mismo hecho actualizado y celebrado cada año?. ¿No habla por sí sola, allá donde toda palabra se queda pequeña: esto es, directamente al corazón, a lo profundo de nuestro ser?...
¿Para qué sirve un Pregón de Semana Santa? Pues para escuchar a alguien hablar de su fe. Aunque nos suene a lo de siempre, cada pregón será una confesión nueva. La fe es siempre la misma, que para eso Cristo la dejó depositada en manos de Pedro y los demás apóstoles, para que la custodiaran hasta el fin de los tiempos. Siempre la misma fe, siempre el mismo pregón, pero voces y vivencias diferentes.
¿Quién y cómo te comunicaron que eras el pregonero de esta Semana Santa?
En octubre recibí una llamada para preguntarme a qué hora celebraba el domingo la Eucaristía en la parroquia de Totana. Y Hace así fue como se propició la visita de los miembros de la junta directiva de la Cofradía de Ntra. Sra. de la Soledad de Mazarrón con su presidenta a la cabeza para proponerme la responsabilidad de anunciar el Pregón de Semana Santa de este año que nos ocupa. En el momento se sucedieron en mi sentimientos de inquietud y de sorpresa, pues el primer pensamiento fue decir: solamente he compartido el ministerio sacerdotal junto a vosotros dos años, y al instante siguió la alegría y los recuerdos de tantas vivencias y tan intensas que he vivido junto a vosotros como párroco que no puede decir si no: sincronicemos las agendas y que sea lo que Dios quiera.
Es uno de los reconocimientos más grandes , ¿nunca pensaste que alguna vez te podría tocar a ti?
Para nada, además lo digo con humildad, no creo que yo valga para esto. Y menos aún habiendo compartido solo dos años del ministerio sacerdotal como párroco en Mazarrón. Por eso cuando decidieron que fuese yo, la reflexión que me hice fue la siguiente: habla y pregona aquello que para ti es el centro de tu existencia: el Amor de Dios y sobre todo teniendo a María como protagonista del mismo.
Es en el santuario de la Purísima donde se encuentran las 4 imágenes titulares de cada una de las cofradías. Por eso el pregón va a tener una mirada con los ojos de aquella que es madre de ternura y misericordia.
¿Qué recuerdos te llevas de tu paso por Mazarrón?
Difícil pregunta por los sentimientos que estos provocan. Los dos años en Mazarrón han significado mucho para mí. Como lema me propuse estar cerca de la gente para poder acercarla a Dios y la recompensa se multiplicó por mil.
Me quedo con la ilusión de haber y creado comunidad, de hacer de la parroquia una comunidad viva, una parroquia evangelizada y evangelizadora. Y de modo especial, el trabajo realizado con los jóvenes, pues ellos son el presente en nuestra sociedad.
